Ustedes se preguntarán, ¿Qué hacen Boris Sagredo, Rodrigo González o Miguel Ramírez armando una carpa en plena pretemporada? Puede sonar descabellado para algunos que en una etapa de máxima concentración y esfuerzo físico el plantel canario se encuentre en tales tareas en tales circunstancias.
La historia es así. Tras una primera semana extenuante de entrenamiento que culminó con una de las prácticas más duras del período, este viernes el plantel entero de San Luis de Quillota no se devolvió a sus hogares. Como una actividad recreativa donde el principal objetivo era reunir de manera transversal a todos los jugadores, los más de 35 futbolistas más Cuerpo Técnico y Médico desempolvaron sus elementos de camping y armaron sus equipos en pleno Complejo de San Isidro, su mismo lugar de entrenamiento.
Esta actividad, que el Preparador Físico Marcelo Oyarzún califica como un «modo de relacionarse intimamente con su lugar de trabajo», contó con variadas actividades y misiones en grupo que permitieron desarrollar las habilidades de trabajo en equipo. Mientras Mauro Caballero, Carlos Escobar, «Pepe» Rojas y Andrés Robles se encargaron del asado, Álvaro Césped se lució con un mariscal en disco ideal para reponer energías tras el arduo entrenamiento de la tarde, mientras que por otro lado en cancha, otro grupo armaba los sitios de campaña donde pasaron la noche.
Durante el desarrollo de la velada, la conversación en torno a una fogata bajo el cielo de San Isidro y la música en guitarra amenizada por Césped, Caballero y Cháves fueron la entretención perfecta para una actividad que pudieron disfrutar desde los nuevos refuerzos, pasando por los juveniles recién ascendidos al primer equipo, hasta los más experimentados y el Cuerpo Técnico.
Tras el despertar, antes de las 7 de la mañana para dejar despejado y limpio el lugar de entrenamiento de las demás ramas del club, el Director Técnico Miguel Ramírez expresó su satisfacción por realizar este tipo de actividades que permiten distender el ambiente tras duras semanas de entrenamiento.
«Tenía un componente de trabajo en equipo, que los nuevos se incorporen y conozcan a sus nuevos compañeros, pero pasó a ser una actividad de sobrevivencia porque había que sobrevivir a los ronquidos de Oyarzún, a los gritos de «Chon» Martínez, a las risotadas de Sagredo y Césped, el paso del tren que lo teníamos en la espalda, el canto de los pájaros y el ladrido de los perros. Fue entretenido, lo pasamos bien en una actividad que es para hacer equipo, todos tuvimos la posibilidad de hacer algo en beneficio del equipo, tal como pasa en la cancha donde todos tienen deberes que se deben ir cumpliendo»
Durante las tres temporadas del actual Cuerpo Técnico, se han realizado actividades novedosas en pretemporada que permiten ese espacio de esparcimiento necesario tras las jornadas de entrenamiento. Hace algún tiempo fue hacer trekking por los cerros de San Isidro y también enfrentarse en Paintball. Instancias necesarias, según Ramírez, para el andamiaje del equipo.
«Son varias actividades que uno puede ir realizando, esta es nuestra primera parte de la pretemporada, damos libre sábado y domingo y el lunes iniciamos con dobles turnos y seguramente una vez terminada la semana volveremos a hacer algo entretenido. Tenemos varias actividades que se pueden realizar en medida que los tiempos nos acompañen. Lo importante siempre es consolidar el equipo, que se generen lazos entre los jugadores y que esa unión se pueda ver reflejada en el inicio del torneo», cerró el Director Técnico tras un madrugador y nutritivo desayuno de huevos cocidos en disco.