El 2014, y con tan solo 17 años, Felipe Saavedra ingresó como delantero en el partido ante Everton de Viña del Mar en el Elías Figueroa Brander. Hizo su aparición en el minuto 89 y a los 90 ya había vencido a Gustavo Dalsasso para decretar el tres a cero final ante el siempre dificil elenco ruletero.
Hoy, y luego de luchar bastante, Felipe vive su mejor momento, ahora como lateral izquierdo. Esta temporada suma diez partidos jugados y tres asistencias de gol. Buenos números para un muchacho de 20 años que estuvo a minutos de firmar y partir a préstamo a Unión La Calera.
«Hubo un remezón. Estar a quince minutos de firmar contrato y que después me digan que me quedo como que fue un cambio de chip que me sirvió harto. Después me dieron la oportunidad en amistosos y la aproveché. Es un tema de confianza, algo mental, porque siempre he tenido las condiciones. Antes algo me frenaba y ahora ya me solté», explica quien justamente en Copa Chile y ante Unión La Calera, Miguel Ramírez le concedió la jineta de capitán.
Sus buenas notas en el colegio durante su enseñanza media siempre fueron un impulso extra para poder seguir estudiando, algo que anhela él y su familia. Sin embargo, el fútbol es mas fuerte y decidió probar suerte en el Fútbol Profesional, eso si, con algunas condiciones.
«Mi mamá me dio dos años, y ahora vamos en el tercero, o sea ya estoy pasado (rié), así que esta era el último semestre como para poder seguir en lo que me gusta. Lo de estudiar aún lo tengo ahí pero no lo veo como muy cercano. Sé que es importante sacar un título porque la carrera de futbolista es muy corta, entonces tener un título es importante, pero por ahora quiero aprovechar mi momento, seguir subiendo el nivel, seguir sumando experiencia y tratar de lograr cosas individuales».
Con 17 años, anotó su primer gol como profesional a un minuto de haber entrado al campo de juego
Nacido y criado en Quillota, Saavedra es un muchacho al que se le nota la madurez. Durante un semestre fue el encargado de la mutual interna del Primer Equipo y cuando las cosas le han andado bien, no se nubla con el éxito.
«Soy hincha de este club y es un sueño para mi jugar en Primera División, defender la camiseta, jugar bien, darle alegría a la gente y espero seguir así y poder lograr cosas con San Luis. Ahora viene el campeonato de transición y podemos optar a un cupo internacional. Yo creo que no estoy cien por ciento consolidado, pero voy para allá. Me siento bien, con confianza, estoy bien de la cabeza que eso es importante y fisicamente también estoy muy bien».
Durante los últimos años el elenco canario ha sido un constante impulsor de jugadores jóvenes y hoy en día Felipe es parte de esa nueva generación, una que pretende llegar lejos pero que para lograr ese objetivo, nunca debe existir el conformismo.
«Han pasado muchos compañeros de mi edad o un poco mas grande que tienen mucho futuro, pero llegan al plantel y se relajan. Eso creo que no debe pasar, debe ser un impulso para poder seguir, tratar de debutar, seguir sumando minutos . A mi me costó, me costó tratar de consolidarme; si hubiese sido otro quizás se hubiese aburrido y dejado hasta ahí el proceso, pero yo seguí, esforzándome para lograr lo que yo quería que lo tengo muy claro. Eso depende de cada uno».
Sobre el rotundo cambio de partir siendo un delantero mas acostumbrado a hacer goles hasta hoy que se desempeña como un promisorio lateral izquierdo, el oriundo de la Villa Coopreval de Quillota expresa que «sacar un centro gol para mi es como hacer un gol. Creo que he tenido dos oportunidades de gol en el campeonato y no las hice. Si se me da la oportunidad sería espectacular, pero como te digo, si doy una asistencia es como igual a hacer un gol».
Finalmente, Felipe conoce sus cualidades y condiciones, y al preguntarle sobre sus objetivos para el futuro, dice estar claro.
«No quiero ponerme techo, quiero llegar lejos, llegar a la Selección, irme a Europa porque creo que tengo las condiciones para poder lograr eso».